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Los seises de Puerto Rico

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"La espina dorsal de la música campesina puertorriqueña"

Antiguamente, eran bailes populares de campo. Hoy son una gran multiplicidad de distintivas melodías cantadas

En tiempos pasados "seis" se refería más bien a una forma de coreografía específica de baile que se hacía al compás de los instrumentos nativos. Sucede que muchos seises tuvieron una melodía específica asociada. En otros instantes la misma melodía se asociaba a dos o más bailes de seis; y en otros casos el nombre de un seis se asociaba a un baile, al cual se le podía acompañar con una de varias melodías. Cuando desaparece la costumbre de bailar los seises, en muchos casos las melodías persiguen llevando el nombre del baile al cual se asociaba. Así que el seis de culebra no es una melodía especifica, pero más bien el nombre de un baile de seis. Paquito habla del mismo: "El Seis de la Culebra: es otro de los bailes que traen a la escena el comportamiento de animales (i.e. como el seis del juey)...hay otros ritmos con este mismo elemento. ...poco a poco, los concurrentes se colocan unos detrás de otros, en fila, atrayéndose, mientras la cola va creciendo hasta que, de tan larga, los que están a la cabeza no pueden ver, aunque lo intenten a los que están en el rabo. El Seis de la Culebra se puede bailar como cualquier seis alegre." Como la costumbre de bailar us seis se ha olvidado hoy en día, la palabra seis se ha convertido exclusivamente una denominación de una melodía específica. Otros seises que describen la forma de bailarlos y no la forma de tocarlos en cuatro son el seis amarrao, el seis enojao, el seis del juey, el seis matatoros (que se baila imitando a un torero). Lo que es un seis es muy fluido. El seis de enramada, era un baile que se celebraba al terminarse una cosecha, y los adornos de ramos y flores en la casa y en el batey justifican el nombre de Enramada, A veces se bailaba bajo un cobertizo hecha de ramas. Pero en este caso el seis de enramada tenía una melodía especifica y solitaria a la cual se asociaba, y es el seis como tantas veces cantaba Ramito.

Hasta el mismo folklorista legendario Francisco López Cruz admitió que desconocía con certitud los orígenes de no solo la gama de tradiciones musicales incluidos dentro de la categoría musical intitulado "seis", sino también la razón por la cual dicha expresión recibiera tal nombre numérico. López Cruz había regresado de España al completar su doctorado en estudios comparativos de tradiciones musicales españolas y puertorriqueñas. Solo pudo avanzar como hipótesis la observación que en la catedral de Sevilla había una costumbre de concurrir a la hora de vísperas un "grupo de mulatos libres" que manifestaban el Santísimo Sacramento bailando danzas sin quitarse los sombreros (y la cual todavía se practica por niños de coros) llamado "los seises."

     Como tantos otros elementos de la cultura puertorriqueña, lo que se sabe del seis proviene de escasas referencia bibliográficas y de memorias evanescientes. Virtualmente lo único escrito que perdura sobre el seis existe en la obra de observación social de Manuel Alonso en su libro del siglo XIX, "El Gibaro". Alonso describe el seis como un baile que "en rigor deben bailarle seis parejas" pero que ha visto bailarlo muchos más.

      En su forma básica sabemos que el seis no es una cosa: es una categoría antigua de expresión folclórica usualmente (pero no siempre) bailable y cantable, utilizado originalmente por los jíbaros puertorriqueños, el cual incluye dentro de sí una enorme multiplicidad de variaciones regionales, variaciones creadas por olvidadas e inolvidables personajes, variaciones en formas de interpretación y tiempos. Pero generalmente:

  • Sigue un compás de dos por cuatro

  • Se acompañaba en tiempos antiguos con un cuatro, un tiple, una bordonúa, y un güiro--y en tiempos más recientes, con un cuatro (o dos cuatros), una guitarra y un güiro

  • Los seises se nombran, no por el tema de la canción que el cantaor declama, si no por otros detalles. Algunos llevan nombres que no son títulos, sino que responden:

A cómo se baila: el chorrao, el bombeao el sonduro o zapateao, el enojao, el valseao, el matatoros, el ñangotao, el seis del machete amarrao, el seis del pañuelo, seis del sombrero, seis del juey, el seis de la culebra.

El nombre del pueblo o de la región en que se originaron: fajardeño, viequense, llanero, bayamonés, de Comerío, de Humacao, manatieño, de Costa, del Dorado, de oriente, cayeyano , cagüeño.

Por su imitación del comportamiento de ciertos animales: juey, culebra, matatoros; otro, por la forma de cantarse: seis con décimas, controversia.

Los músicos que lo popularizaron: Andino, Pepe Orne, Mapeyé, Vallarán, Aguilar; y otros. 

Por alguna característica de su música: seis tumbao, seis una y una.

Don Paquito sigue: "Cuando se canta una serie de décimas en torno al tema de los celos con el fajardeño, el asunto no camia el nombre genérico del seis. El trovador les pide a los músicos un seis fajardeño para cantar sobre cualquier tema, pero éste sigue llamándose seis fajardeño. 

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