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Eusebio González Ocasio, "el Indio de Sábana Grande" (c. 1898) sostiene su cuatro transicional del diez cuerdas.

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Cuatro moderno de diez cuerdas
construído por Epifanio Valentin circa 1960

 la historia y música del cuatro, en breve

al sitio desde su última visita?

encuentre lo que busca en este sitio

La herencia de los siglos

está depositada en una memoria común

que se activa y manifiesta a través de la música .
 

Todo nuestro comportamiento humano;

todo nuestro comportamiento social;

todo nuestro estilo de crear y hacer,

de alguna manera se refleja en la música.

La música nos dice qué somos, de dónde vinimos.  

Sus emociones son nuestras emociones,

su historia es nuestra historia, y nuestra cultura.

Luis Manuel Álvarez

En relieve:

Vea un archivo de artículos En Relieve retirados aquí

El cuatro puertorriqueño ahora pertenece al mundo...

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Cada día que oímos de un nuevo artista o instrumentista alrededor del mundo que ha descubierto nuestro cuatro, y que ha intentado fundir el distintivo matiz sonoro de nuestro instrumento nacional con su propia música—sea música popular, música de rock o jazz, o hasta dentro de su propia música folclórica. 

     Este lazo es muy natural con los tocadores del bajo, porque el bajo y el cuatro comparten la misma afinación de sus cuerdas (aunque en distintas octavas) y bajistas inmediatamente pueden tocar lo que ya saben, sin tener que reajustarse a un diapasón desconocido (grandes cuatristas puertorriqueños como Sarrail Archilla y Pedrito Guzmán fueron bajistas). Numerosos mandolinistas también han trocado, con un poco más dificultad, su mandolina por un cuatro, al descubrir su más amplia versatilidad y rango musical.

     El cuatro, una vez únicamente la expresión del aislado campesino jíbaro, ahora pertenece al mundo.

     Para destacar todas las formas en que el cuatro se esta adaptando a la música mundial, y también los músicos del extranjero que operan en esta vanguardia, inauguramos una nueva página en este sitio llamado El cuatro ahora pertenece al mundo.

El notable mandolinista norteamericano Paul Kaplan es un périto de la música folclórica irlandesa y escocesa, que frecuentemente se presenta ante sus públicos tocando su cuatro puertorriqueño. (foto por Juan Sotomayor)

La Décima Puertorriqueña: vídeo creada por el Proyecto del Cuatro

Una corta visita a nuestra Décima puertorriqueña—disfruten!

Los puertorriqueños llaman con orgullo al cuatro su "instrumento nacional". El profundo cariño por este pequeño instrumento de cuerdas metálicas es notable. Sin embargo, sorprendentemente, la mayoría de los puertorriqueños conocen poco sobre sus orígenes o su rica historia musical y social.

Pocos saben que el cuatro de la actualidad, el de diez cuerdas y forma de violín, es el último sobreviviente de toda una familia de instrumentos de cuerda tradicionales que antaño prosperaron en la isla. En el pasado, Puerto Rico albergaba una variedad de instrumentos de cuerda, cada uno con su propia función musical. Durante los últimos dos siglos, la mayoría de estos cayeron en desuso. Gracias a grupos dedicados como el nuestro, algunos de estos instrumentos están experimentando un resurgimiento.

 

La evidencia histórica demuestra que Puerto Rico tiene no solo uno, sino tres tipos distintos de cuatros:

• El cuatro antiguo, con cuatro cuerdas de tripa y una voz profunda de barítono

• El cuatro sureño, con ocho cuerdas metálicas en cuatro pares

• El cuatro moderno, de diez cuerdas y forma de violín

 

En este sitio web, encontrará información detallada sobre la música, la artesanía y la historia de cada tipo, así como las diversas formas del tiple y la bordonúa que antaño resonaban en la zona rural.

Hasta en años recientes, el cuatro nunca se tocaba solo. Siempre se interpretaba como parte de un conjunto, generalmente acompañado de una guitarra (que proporcionaba los acordes y el bajo) y un güiro, un instrumento de percusión a base de calabaza. No fue hasta la década de 1950, gracias al legendario cuatrista Ladislao Martínez, que el cuatro comenzó a aparecer en duetos y otros arreglos nuevos. Hoy en día, es común ver bongós, los pequeños tambores cubanos, añadidos a la sección de percusión. En los últimos años, el cuatro puertorriqueño ha ganado reconocimiento internacional y ahora se celebra como instrumento solista, con cuatristas virtuosos que interpretan música de todo el mundo en una variedad de agrupaciones instrumentales.

Tradicionalmente, el cuatro y otros instrumentos nativos se escuchaban en los campos durante ceremonias religiosas —como votos a la Virgen, florones (ritos por la muerte de un niño), rosarios cantados y fiestas patronales—así como en eventos seculares como bailes, festivales de la cosecha, fiestas privadas y reuniones políticas. En el siglo XIX, el cuatro también encontró un lugar en los salones y teatros de las ciudades, interpretando música clásica y europea para bailar.

Cuando los jíbaros rurales visitaban las ciudades para vender sus cosechas, se toparon con esta música formal, la adoptaron y la trajeron de vuelta al campo. Esto dio lugar a la creación de las orquestas jíbaras, que incluían el cuatro para la melodía, el tiple para los acordes y la bordonúa para el bajo. Nuestro Proyecto del Cuatro ha descubierto evidencia de estos grupos olvidados y los ha revivido en festivales culturales.

 

El Cuatro y la Canción Tradicional

La función principal del cuatro y sus instrumentos acompañantes era acompañar al trovador, quien cantaba versos poéticos según la tradición de la décima o decimilla. La décima, una forma poética, ha sido durante mucho tiempo un preciado medio de expresión para los puertorriqueños de todos los ámbitos, tanto rurales como urbanos.

Conozcan a CANDELARIO VÁZQUEZ, bordonuísta

Candelario Vázquez Morales (n. 1899) era el bordonuísta (intérprete de la bordonúa) más admirado de Puerto Rico, oriundo de la región de Juncos. Nuestro Proyecto postula que la llamada bordonúa es en realidad descendiente de la vihuela jíbara del siglo 19 y no de la desaparecida bordonúa del mismo siglo. 

 

Incluimos una larga entrevista con el destacado intérprete aquí. En ella, don Candó nos cuenta de su añoranza por los viejos tiempos:

 

"... la música no era una cosa como ahora, que se está sobrando. Pues por naturaleza, hasta los instrumentos sonaban bien. Porque yo creo que la acústica del ambiente... no había ese ruido ni nada de'so. Un instrumento sonaba lindo, precioso, precioso, precioso. Y duro. Le puedo decir que en esa época, venía por ejemplo un orador a hablar a la casa pública. Se ponía a hablar sin micrófono ni nada, y yo creo que se oía aquí clarito. Porque se podía usted sentar ahí en el balcón y oír clarito. Sí. Hoy, se va la luz y deja de funcionar el micrófono y aunque se le salga la lengua, la garganta al orador, allí al lado usted no lo oye. No se oye. Son los ruidos que han llenado la atmósfera. Ya no hay la... las ondas ya no llegan. La acústica esa se ha acabado."

Oigan a Candelario Vázquez tocando una danza, tocando su vihuela-bordonúa, acompañado de una guitarra. Digitalizado por el Proyecto del Cuatro de un cassette casero encontrado en la casa de la familia Vázquez en Juncos, PR.

¿Cómo sonaba la música puertorriqueña en 1909?

No, no se necesita una máquina del tiempo para oír los cantantes e instrumentistas puertorriqueños tocando y cantando al partir del siglo 20. Eso es porque sus sonidos reales fueron captados y grabados en cilindros y discos de cera--la forma más antigua de grabación--que permanecen mayormente escondido del público en colecciones privadas.

 

¿Gustan oír como sonaba un cuatro antiguo, o una bordonúa actual, o un tiple--tal y como sonaban hace 100 años? El perito de la música puertorriqueña grabada, David Morales, es un estimado miembro del Proyecto del Cuatro. Recientemente nos ha facilitado un número de antiquísimas grabaciones en cera de músicos cantantes y ejecutantes, la cual les ofrecemos aquí.

Grabado basado en una foto tomada en Cayey en 1909

Una historieta ilustrada para niños en torno a nuestra música y cultura

Hace unos años, el Proyecto del Cuatro publicó una revista de historietas para niños, que destacaba los instrumentos y los orígenes de las tradiciones artesanales campestres, tanto como los niños que sobresalían en la expresión de nuestra música nativa. La revista se ha agotada, pero puedes disfrutar de una copia aquí.

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