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Jorge Rubiano, sus rondallas, y las "familias del cuatro"

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Jorge Rubiano, padre de los instrumentos de cuerda punteados

 

Recuerdos del maestro por el guitarrista/compositor Ernesto Cordero publicado en la Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña (# 74, Enero-Marzo 1977)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

YA HAN TRANSCURRIDO 14 AÑOS DE LA MUERTE DEL maestro Jorge Rubiano, acaecida el 15 de julio de 1964. Hoy, al pasar del tiempo podemos palpar con verdadera admiración el fruto de su extensa labor pedagógica en la música culta y popular de nuestro país.

 

Fueron muchas las contribuciones que legara el Maestro al quehacer musical puertorriqueño. Una de las más importantes fue situar la guitarra y la mandolina en el ámbito de la música culta. Sabemos que ya antes de la aparición de Rubiano en las postrimerías de la década del 20, la historia de la guitarra clásica puertorriqueña contaba con Josefino Parés, nuestro primer guitarrista culto (1862. 1908). Sin embargo, este último no dejó señas de difusión ni de labor pedagógica. Dos factores que indudablemente contribuyeron en algo a este logro (en especial al de la guitarra de concierto) fueron los concertistas de fama internacional que visitaron la isla en aquella época y el gran estímulo que produjo la difusión de discos de guitarra clásica, sobre todo los de Andrés Segovia.

 

No obstante fue la consistencia, la dedicación y los largos años que Rubiano dedicó a la enseñanza lo que mayormente realzó la guitarra clásica en Puerto Rico y llevó a la creación de aquello que podríamos denominar "·La Primera Escuela Importante de Instrumentos de Cuerdas Punteadas". Resultado evidente de esta" escuela y del auge que adquirió la guitarra, fue la fundación, a principios de la dé- cada del 40, de La Rondalla de Puerto Rico. 

 

La estaba compuesta por la familia de la mandolina (mandolina, mandola. mandocello y mando-bajo) laúdes, cuatros y guitarras. Durante casi 25 años fue la única en su género en el país, presentándose a través de toda la isla en conciertos auspiciados por Pro Arte de Ponce, Pro Bellas Artes de Mayagiiez, El Instituto de Cultura Puertorriqueña y por varias instituciones privadas. En su repertorio se incluían obras tanto del folklore latino- americano, como las obras más consagradas del repertorio clásico. 

 

Rubiano, durante los 45 años que residió en Puerto Rico formó centenares de músicos. Al res- pecto declara el profesor y mandolinista Gustavo Batista (El Debate, Colombia, 9 de agosto de 1964). "Hoy se puede decir, sin temor a equivocarse, que no existe un músico de los que nos honran, que no haya sido fruto directo o indirecto de Rubiano, tanto en el campo culto como en el popular".

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LA FAMILIA DEL CUATRO PUERTORRIQUEÑO

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Otra de las aportaciones del maestro Rubiano fue la creación de la "familia del cuatro puertorriqueño". Rubiano le tomó un gran cariño a nuestro instrumento nacional: el cuatro. Por la brillantez y  volumen que posee este instrumento, le solía llamar "el jíbaro arrogante y altivo". Fue el verdadero creador de la familia del cuatro que hoy en día [1977], con algunas variantes, continúa promoviendo con ahinco el conocido luthier de Carolina, Cristóbal Santiago. Este grupo de instrumentos se compone del cuatro tradicional, y segundo cuatro concertino, cuatro grave o cuatro-cello y el cuatro rítmico que se utilizaba para marcar los ritmos principales. El luthier que construyó estos primeros cuatros bajo la supervisión de Rubiano, fue Antonio Rodríguez Navarro. 

 

Rubiano dedicó sus últimos años, antes de su fallecimiento, a la incorporación de estos instrumentos a La Rondalla de Puerto Rico. Los arreglas musicales. en su mayoría estaban hechos por él mismo y por la arreglista y guitarrista Carmen M. Suárez, una de sus más aventajadas alumnas. Uno de sus últimos sueños, el cual no logró cristalizar debido a la enfermedad que más tarde le ocasionaría la muerte, fue el de escribir un método de enseñanza para cada uno de los integrantes de la familia del cuatro. 

 

Alguno de los elogios que recibió La Rondalla de Puerto Rico, recopilados por el profesor Gustavo Batista, talentoso continuador de la obra de Rubiano, (Orquesta de Cuerdas de Puerto Rico, Quinta Temporada 1971) son: "¡Benditos los que poseen esa aristocracia del espíritu y dejan a su paso por el mundo esta estela deslumbrante de luz que emana de ·La Rondalla de Puerto Rico!"

 

"Tuve el privilegio de escuchar esa pequeña orquesta.. suave y armoniosa, que se llama La Rondalla de Puerto Rico. Oyéndola se evocan los paisajes más bellos de nues tra islita y se llega a una perfecta inspiración." Luis Lloréns Torres

 

"Cabe pensar en la grandeza de las almas bellas". Esta frase vino a mi mente cuando, en noches recientes tuve ocasión de escuchar a La Rondalla Puerto Rico en el Palacio de La Fortaleza. ¡Hermoso sueño convertido en reandad por el artista Rubiano!" "¡Oír La Rondalla es comulgar la misa del arte!" Maria de los Angeles Cadilla. 

 

"El público coronó con merecidos aplausos cada una de las interpretaciones del concierto. Al aplauso general unimos el nuestro, sincero y entusiasta, porque reconocemos la nobleza del esfuerzo y la ingente labor realizada por el maestro Rubiano en los 25 años que lleva el pedagogo artístico en Puerto Rico." Doctor Bartolomé Bover. "La Rondalla Puerto Rico es un conjunto vivo, dinámico, cordial, al que hay que aplaudir en su tarea infatigable por conseguir ese difícil algo artístico, que tanto cuesta, en trabajo y sinsabores." Alfredo Malilla. 

Estas notas son testimonio de la calidad artística que alcanzó La Rondalla Puerto Rico bajo la dirección del Maestro. 

 

DATOS BIOGRAFICOS 

El maestro Jorge Rubiano nació en Bogotá, Colombia, el 14 de julio de 1890. Obtuvo su educación primaria en su ciudad natal, en la escuela Doctor Moreno y en el Colegio Colón. Durante Jos últimos años de la segunda década de este siglo, en el barrio de San Agustín del antiguo Bogotá, organizó y dirigió la agrupación "Arpa Colombiana". Esta agrupación interpretaba mayormente música de los compositores de la época de Rubiano, siendo algunos de ellos Murillo, .Morales Pino, Fulgencio García, Luis A. Calvo y Velasco. Más tarde, y con miras de llevar la música colombiana a otras tierras,'organizó el "Quinteto Colombiano". Este grupo estaba constituido por Rafael Lemoine (Bandola), Elio Cabanzo, barítono;'Joaquín Forero, tenor; Jorge García, pandereta; y el propio Rubiano, el cual tocaba la bandola. El conjunto ejecutaba bambucos, pasillos, romanzas, danzas, en fin, todas las modalidades del folklore colombiano. Dictó conferencias y organizó orquestas en varios países de Europa. Cuando regresaba a su añorada América, hizo escala en San Juan de Puerto Rico donde permaneció 45 años. En esta misma ciudad murió el 15 de julio de 1964. Sus restos les se encuentran en el cementerio de Villa Palmeo ras. Jorge Rubiano fue uno de los últimos sobrevivientes del destacado grupo de compositores colombianos formado por Emilio Murillo, Jerónimo Ve· 

lazco, Fulgencio García v Jorge Añez. 

 

Entre su variada y extensa producción merecen especial mención su obertura "Amaneciendo", el pasacalle "Hasta Luego", el pasodoble "Guitarras y Panderetas", la jota "Bailadora" y el ·pasillo "Sabrocito". Sus composiciones más conocidas en Colombia son "La Serpentina", "Elvira", "Festival"'y "Ella".

Puerto Rico siempre recordará con profunda admiración la encomiable labor didáctica que realizó este gran educador, colombiano de nacimiento y puertorriqueño por adopción. 

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