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Los tiples de Puerto Rico

Nuestro primordial y esencial instrumento nativo

Tiples en construcción durante un taller comunitario de tiples en Trinity College, Hartford CT.  

Foto de Pablo Delano

Están oyendo un aguinaldo viejo de la grabación de campo que hizo Kacho Montalvo de tiplistas mayores de su pueblo de Peñuelas, en su disco compacto titulado Adoradores del Fuego

Proponemos que el tiple de los campos de Puerto Rico llegó por primera vez a los campos de Puerto Rico como creación de los primeros agricultores traídos a la Isla desde las Islas Canarias empezando en el 1695. Esto se supone porque para ese período existían en las Canarias pequeños instrumentos de cuerda, derivados de los antiguos guitarrillos españoles, con el nombre de tiple. Eran preferidos por los antiguos agricultores y viajeros por su tamaño compacto y la sencillez y economía de su construcción.

 

Los tiples se usaban en muchas de las más antiguas y aisladas comunidades del centro de la Isla, variando en su forma y encordadura. Se usaban frecuentemente para acompañar las observación de ritos religiosos como misas, bodas y entierros. Aparecen tiples con tres, cuatro, cinco y hasta seis cuerdas, con diferentes afinaciones y encordaduras, de acuerdo a sus tiempos y la costumbre de su región.

 

Algunos de los tiples puertorriqueños antiguos que se encuentran en museos tenían la forma de guitarra ("el tiple de Coamo" como también la forma de cítara con sus esquinas superiores cuadradas (el "tiple doliente"). Los tiples de otras regiones exhiben dos puntos que sobresalen a cada lado, una reliquia de los 'nuevos laudes' creados en España en el siglo 19. Las tres formas perduran al día de hoy.

 

Durante los fines del siglo 19 los jíbaros reunían el tiple, junto al cuatro y la bordonúa, en orquesta para acompañar versiones campestres de música de salón de bailes europeos como el vals, el minué y la mazurca--géneros de música que los jíbaros oían cuando visitaban los pueblos y ciudades para vender su productos agrícolas.

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Vemos arriba un tiple puertorriqueño del siglo 19 en la Colección de Teodoro Vidal--el cual reside actualmente en el Museo Nacional de Historia Americana de Washington DC.

Aguinaldo Cagueño - Vitol Santiago/Kacho Montalvo
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Otra pieza de la magnífica grabación producida por Kacho Montalvo de música auténtica del campo, esta vez de un Aguinaldo Cagueño destacando un tiplón o tiple con macho de Peñuelas, PR.

Aguinaldo - Maria Esther Acevedo, cantante
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De un vieja grabación del Instituto de Cultura Puertorriqueña, la trovadora Maria Esther Acevedo nos deleita con su interpretación de un aguinaldo, respaldado por un tiple doliente. El gran güirero Toribio resalta.

El Mesias - Ernestina Reyes/ Maso Rivera
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Prof. Orlando Laureano, distinguido tiplista e investigador rescatador del tiple. Tiple hecho por el apremiado artesano Aurelio Cruz Pagán de Morovis.

Al rescate de nuestro tiple

Nuestro tiple quizás hubiera desaparecido por completo durante la segunda mitad del siglo veinte, si no fuera por los esfuerzos de una pequeña vanguardia de distinguidos investigadores como Alexis Morales Cales, Vicente Valentín, José Reyes Zamora, Juan "Kacho" Montalvo, Juan Sotomayor y Orlando Laureano, entre otros—cuyas investigaciones iniciaron un vigoroso rescate del precioso instrumento.

     Debido a que durante su historia, los tiples fueron afinados y encordados diversamente de acuerdo con el lugar, la usanza de su region, o la preferencia de sus dueños, los grupos que están fomentando el rescate no están de acuerdo de cuál de las múltiples formas es la mejor para su rescate y propagación.

     Algunos van con los relatos antiguos* que sugieren que el tiple se afinaba en forma modal—es decir, que una o dos cuerdas se pulsaban repetidamente al aire sin pisarlas, mientras que las otras se pisaban para producir la melodía deseada—una modalidad que favorece el punteo de las cuerdas.

    Otros avanzan la afinación re-entrante, una en que las cuerdas no son puestas en orden correlativa a su altura, como el cuatro venezolano o el ukelele--una modalidad que favorece el rasgueo de las cuerdas. Posiblemente esta modalidad la trajo venezolanos a la Isla durante el Siglo 19.

     Otros quieren reestablecerlo con la afinacion de la guitarra (en intervalos de cuartas con una tercera) que es otra forma en que antiguamente se tocaba. Y finalmente algunos favorecen afinarlo con la modalidad de nuestro cuatro (en intervalos de cuartas) que, aunque no fue una forma tradicional, es la forma más eficaz de popularizarla, ya que tantos músicos saben ejecutar esa modalidad.

 

Francisco del Valle Atiles, escribió en 1887 que “el tiple, guitarrillo de cinco cuerdas, ofrece la inexplicable particularidad de tener la prima y la quinta iguales.” Esto sugiere que la prima y la quinta se tocaban al aire y las cuerdas 2,3, y 4 eran las que se pisaban al pulsarlas.

Ernestina Reyes, "La Calandria", canta El Mesias. La grabación destaca un bullicioso tiple tocado por el gran maestro Maso Rivera.

Varios investigadores del tiple coinciden que en Puerto Rico

predominaron cuatro formas principales del instrumento:

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Durante los siglos, una multitud de variaciones regionales de nuestro tiple proliferaron alrededor de la Isla—cada uno con un nombre distintivo, pero no obstante, casi todos aparecen caer dentro de una de estas cuatro categorías. 

Tiple tres cuerdas

El tiple de tres cuerdas

El nombre más familiar del tiple de tres cuerdas es tiple requinto. Usualmente el nombre requinto se le da al más pequeño miembro de una familia de instrumentos. Por ser el más sencillo, era probablemente el más antiguo cordófono nativo puertorri- queño.

 

Un tiple de tres cuerdas también existió en las Islas Canarias. Por eso, cabe especular que los orígenes de nuestro tres se encuentra ligado a las migraciones canarias a la Isla desde los comienzos del coloniaje español. Asi que es enteramente posible que los intervalos del encordaje del tiple requinto se derivan de la segundas y terceras órdenes del tiple español, o de la cuarta y quinta orden del timple Canario.


También hemos visto los tiples de tres cuerdas nombrados tres o triple. Esto ha causado alguna confusión porque Puerto Rico también ha producido otro instrumento de tamaño más grande nombrado tres puertorriqueño, el cual se derivó del tres cubano. La confusión se intensifica porque el tiple requinto y el tres puertorriqueño/cubano se afinan en forma similar, aunque provienen de distintas tradiciones. 

Esta imágen la encontramos en el website del Museo Smithsoniano de Washington DC., una que muestra un tres rústico con tres órdenes dobles de metal en su collección. Sería una evolución posterior a la forma original de tres cuerdas sencillas de tripa. En algunas regiones tiples con cuerdas dobles metálicas--no necesariamente de tres ordenes--se llamaban "mandurrias", una corrupción del nombre de la bandurria española, que portaba órdenes dobles.

Tiple de tres cuerdas de fabricación contemporánea

El investigador "Kacho" Montalvo confirma que aunque más pequeño, el tiple requinto se afinaba con los mismos intervalos del tres cubano, pero en otra tonalidad [una tercera entre cuerdas #1 y #2 y una cuarta entre #2 y #3]. El dato quedó también confirmado por el cuatrista Roque Navarro (1913-2002). Navarro cuenta que:

 

"Pues el requintito de tres cuerdas... suena como un tres... era un tres pero chiquitito. El tres, ahora, es más grande que una guitarra. Pero esa afinación es la que tiene el tiplecito ese, como un Do mayor. Tocaba en primo las canciones, los aguinaldos y los seises, porque no habían mas canciones, eran mas que... una cosa que le decían "una y una" que era pa' cantar. Y aguinaldos, esos, jíbaros…. Eso le cantaban a los reyes, le cantaban a la virgen, al Cristo, y así pagaban sus promesas".

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[Ed.: Los aguinaldos "una y una" se llamaban asi porque sus melodías se basaban en solo dos acordes que se repitían "una y una" repetidamente]

 

Montalvo afirma que en Puerto Rico, aunque el pequeño tres se tenía por desaparecido, en el pueblo costero de Peñuelas aún quedan artesanos y ejecutantes que lo afinan en Sol y lo usan para acompañar las parrandas navideñas. Los tiples que Montalvo encontró tenían tres cuerdas sencillas, aunque uno de los dos tiples en la colección del Instituto Smithsoniano porta tres órdenes de cuerdas dobles, con seis tarugos para seis cuerdas.

 

El investigador Alexis Morales Cales lo describe como “instrumento pequeñito de tres cuerdas, en unos casos de cuatro”. Añade que se encuentra mayormente en las áreas costaneras del sur de Puerto Rico y que quedan algunos ejemplares antiguos en Villalba. Morales Cales nota que el requinto original se usaba mucho haciendo contrapuntos a la melodía y en algunos casos rasgueando acordes con las tres cuerdas.

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Cales afirma que "el requinto de Puerto Rico es una variación de un instrumento que se conocía en Italia como el poquete [pochette, o instrumento de bolsillo]. En Galicia y Portugal se conocía como el Maquete o Machete Rajao, y en Brasil se conoce como el Cavaquinho. Es un instrumento pequeñito de tres cuerdas, en unos casos de cuatro, pero mas o menos en una forma bastante parecida. En algunos casos los hacían en forma de pez. Yo creo [que el tiple requinto viene del poquete] porque evidentemente no lo hay en las Islas Canarias [ el país origenario de los tiples puertorriqueños de cuatro y cinco cuerdas].

 

Nos explicó el gran cuatrista y artesano Efraín Ronda (1898-1994) que el tiple requinto era el más pequeño de los tiples y sus tres cuerdas de tripa se templaban como la primera, segunda y tercera de la guitarra, en intervalos de 4-3. Nos contó que:

 

Este instrumento era el más chiquito, que no tenía mas que tres cuerdas. ¡Era él que se quedaba con la sala! En los aguinaldos y eso, ¡usted lo oía de lejos! Oía eso, porque resulta que eso los templaban muy alto. Las tres cuerdas son de tripa, se usa como primera, segunda y tercera. Y se templa exactamente igual que la segunda, tercera y cuarta de la guitarra. Se tañía con la punta de un cuerno, en movimiento p’arriba y p’abajo. 

 

Ronda describió un tres cuyas medidas eran: ancho de siete pulgadas en la parte inferior de la caja sonora y cinco pulgadas en la superior; el diapasón con ancho de dos pulgadas y largo de diecisiete pulgadas. El hueco de la caja alcanzaba un máximo de dos pulgadas. Ronda también cuenta de sus primeras memorias del tiple:

 

Yo era muchacho, y me recuerdo que pasaba la plaza de mercado de San Germán, con la muchacha que me cuidaba desde yo niño, y estaba el viejo Nicanor y su hijo Mencho vendiendo cuatros, tiples, treces, requintos, labrados quizás con un machete. Los vendía a quince y a veinte centavos. Un cuatro valía un peso. Si lo querías detallado, te cobraba dos pesos. Eso fue del 1912 en San Germán. Pero vine un día a Mayagüez y vi guindao en un seto de una tienda que había que vendía comestibles vi dos tiples: uno valía una peseta. El otro valía cincuenta centavos-- porque le pusieron unos botones de nácar en el brazo. Entonces yo le dije a mi viejo, "yo quiero comprar ese tiple." Entonces le dijo al hombre "sácalo pa' ca." Y el hombre me dijo, "es para ti?" "Sí." "Porque te voy a regalar un set de cuerdas para que cuando se te rompan se las pongas." ¡Y todo por cincuenta centavos!. Ese estaba hecho de un palo que se llama Guanábana. Livianitito! La tapa era de Yagrumo.

 

Acerca del tiple requinto, el investigador Alexis Morales Cales nos informó que:

 

...el puertorriqueño le añade uno a la familia del tiple: que es lo que en muchos lugares se conoce como el Requinto. Ese por lo general, con algunas variaciones, pero por lo general es pequeñito, como en una forma de...con una barriguita abajo, por ahi mas pequeñito. Entonces, tiene tres cuerdas. Tiene un sonido bastante agudo tambien, y ese requinto, que llaman aqui, no es de Islas Canarias, aunque en las Canarias se usaba la palabra requinto, en las Canarias se refería al mismo majorero, o sea el de cinco cuerdas, afinao una octava mas alta. Como dato curioso, o interesante, en todos los paises de America, se usa la relación de requinto y quinto de esta forma: requinto es el instrumento mas agudo, quinto es el que le sigue, en una escala media. 

           

 

Encontramos un tiple requinto perteneciendo a los descendientes de Celestino Santiago (Don Lute) de Coamo, su dueño original, posiblemente hecho entre 1910 y 1925. Estimamos las medidas como:

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Lóbulo inferior, 7’’ de ancho:

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Lóbulo superior......4.75’’

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Cintura..................  3’’

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Hondo.....................  2’’

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Largo de caja...............16’’

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Ejecucion....................  pajuela

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Se encuentra actualmente con tres tarugos o clavijas y provision en el puente y hueso para tres o cuatro cuerdas sencillas, lo que sugiere que es un tiple requinto el cual podría también ser encordado con cuatro cuerdas.

Un Tiple en Coamo

Tiple de cuatro cuerdas

El tiple de cuatro cuerdas

El tiple de cuatro cuerdas, a veces dado el nombre de quinto, se empleaba casi exclusivamente para tocar acordes, particularmente acompañando ritmos alegres como la plena y la guaracha. Kacho Montalvo anota que en el histórico barrio de Coto de Laurel de Ponce se usaba mucho este tipo de tiple y en Juana Díaz queda un viejo ejemplar.

 

En una entrevista del 1992, el tiplista Maximiliano Ramos Flores recuerda haber recibido su primer tiple en 1920, siendo aún adolescente. Ramos recuerda que era un instrumento de cuatro cuerdas y trastes de tripa y atestigua no haber visto tiples con otras encordaduras. Relata, no obstante, que en sus mejores tiempos de tiplista ya se usaban primas y segundas de acero, la tercera entorchada y la cuarta de cuero. Pero la cuarta casi no se usaba, excepto para sustituir al cuatro o para tocar acordes. Para puntearlo se le ponían sólo tres cuerdas. Según su relato, el tiple participaba en conjuntos con el cuatro y la guitarra. El tiple le hacía segunda al cuatro, tocándose “puntiaíto”. Usaba el término habanao, para describir una técnica de acompañar rasgueando suavemente con acordes.

 

La foto a la derecha muestra un antiguo tiple de cuatro cuerdas en manos del afamado artesano Vicente Valentín (n.1933 m.1915). Es interesante notar que usualmente sólo se usaban las primeras tres (convirtiéndolo en un tiple requinto o tres) pero a veces la cuarta cuerda se le ponía para sustituír al cuatro. El cuatro de cuatro cuerdas, también se tocaba pulsando sólo las primeras tres cuerdas, con el cuarto pulsado solamente al aire. Este sistema "modal" de encordaje y ejecución es antiquísima, remontándose a la cítola española de siglo 13.

El investigador Kacho Montalvo comenta que el tiple de cuatro cuerdas también se afinaba en forma re-entrante (colocación de las cuerdas no-corelativas a su altura) como el cuatro venezolano y en esa forma se tocaba rasgueando las cuerdas como el mismo--una modalidad derivada por los emigrantes venezolanos que llegaron al sur de la Isla durante el siglo 19 durante las guerras de revolución de Sur América.

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En cuanto a la relación entre requinto y quinto, el investigador Alexis Morales Cales observa que en muchos países de América se usa dicha relación de esta forma: dentro de una familia de instrumentos, el requinto es el instrumento más agudo, y el quinto es el que le sigue, en una escala media.

El tiple de cinco cuerdas

El tiple de cinco cuerdas

Vicente Valentín, artesano de Vega Baja (1933-2015) sostiene un antiguo tiple de cuatro cuerdas.

Foto por Juan Sotomayor

Antiguo tiple de cuatro cuerdas  Fuente: José Reyes Zamora.

Roque Navarro recuerda cuando niño tanto al tiple requinto como al tiple de cinco cuerdas, que muchos hoy llaman tiple doliente. Asegura se le llamaban indistintamente tiple o vihuela. Cuenta Navarro que esta “vihuela” era un tiple con los mismos contornos de la bordonúa, pero más pequeño que ésta y que doblaba en tamaño al “requintito”. Ambos tiples se usaban en conjunto y acompañados de un güiro:

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“El tiple requinto de tres cuerdas tocaba la melodía, fuera del seis o fuera del aguinaldo, que era lo que se tocaba antes. Entonces el tiple de cinco cuerdas lo acompañaba haciendo las bases de guitarra”.

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...lo que sugiere que se afinaba en intervalo de cuartas con una cuerda afinado en intervalo de tercera.

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El apelativo “doliente”, de acuerdo a Navarro, se aplicaba a todos los tiples cuando acompañaban una canción sentimental. En el baquiné, ritual fúnebre practicado en algunos campos de la Isla en ocasión de la muerte de un niño, se tocaba con esos instrumentos. Es posible entonces que el enlace popular del tiple de cinco cuerdas con el nombre "tiple doliente" como apelativo exclusivo puede que sea una costumbre contemporánea.

Recreación de un tiple de cinco cuerdas como se hacían en tiempos pasados. Hoy día éstos disponen de clavijas mecánicas y un diapasón completo añadido.

Pequeños guitarrillos de voz tiple de cuatro cuerdas proliferaron no solo en España y sus colonias pero en Portugal y sus colonias también. Los instrumentos tiples folclóricos de las Islas de Madeira frequentemente asumian forma de pescado, como vemos a la izquierda, en este caso, un machete da braça. [pronunciado como maquete da braza"]

El tiplón o tiple con macho

TIplon

No todos los tiples puertorriqueños eran diminitos en tamaño. El investigador/ folclorista Juan "Kacho"Montalvo encontró una tradicion de tiples grandes todavía vigente entre las comunidades aisladas del municipio de Peñuelas en el sudoeste de la Isla. Los tiples grandes que encontró Montalvo se les llamaba tiple con macho o tiplón. El investigador Alexis Morales Cales nos dice que también se encontraban en Guayanilla. El tiple con macho aparece vigente predominantemente en la región de centro-sur y costa-sur de la Isla. El tiplón era más grande que los otros tiples de la isla, y correspondientemente en Ponce se llamaba Tiple Mayor.

 

Los tiplones nombrados "tiple con macho" que aparecen en Peñuelas, tenían la singularidad de una clavija taladrado al borde del diapasón, quedando fuera de la misma. A la cuerda que corresponde a dicha clavija, una cuerda más corta que las otras y que sonaba al aire, le llamaban “pichón”, “macho” o “chillo", de acuerdo a costumbre de la región. Esta cuerda corta se usaba como un pedal rítmico, o sea, se tocaba al aire repetidamente, mientras que las otras cuerdas se pisaban con los dedos en la forma usual. Pablo Torres Rivera (n. 1912), artesano de tiples en Adjuntas, pueblo del centro-sur de la Isla, además confirma que en el tiple con macho la cuerda atada a la clavija en el diapasón no se pisa, pues “se usa para añadir sonoridad al instrumento”.

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En torno al tiplón, el investigador Alexis Morales Cales nota que "el tiplón...pues había que usar mas inventiva, mas creatividad para tocarlo porque el tiplón tiene cuatro cuerdas normales, vamos a decir así, que se pueden pisar, y una cuerda exterior que no se pisa. De modo que el buen tiplonista estriba en poder darle a esas cuatro cuerdas y media, por decirlo así, una harmonía y unos acordes que realmente sonaban bien. Muchas veces habían tiplonistas que eran tan hábiles que podían hacer un acompañamiento y segunda voz a la misma vez—por lo menos un medio acompañamiento. Dicho sea de paso, en los conjuntos antiguos no se usaba la guitarra. Sino que más bien la bordonúa daba los bajos y el tiplón daba las notas un poco más agudas. Es como si la bordonúa cogía el papel de los bordones de la guitarra y el tiplón cogía el papel de la cuerdas mas agudas que la guitarra. Y en esa manera crearan una combinación."

Tiple con macho del Peñuelas

Tiple Mayor de Ponce

Tiple con macho

Aunque no se ha encontrado un lazo claro y directo, le evidencia sugiere que el tiple con macho puertorriqueño pudo haber nacido de las tradiciones instrumentales de los esclavos de descendencia africana que habitaban la costa sur de Puerto Rico en siglos pasados. El peculiar detalle de la “cuerda corta” atada al diapasón del instrumento y la correspondiente afinación modal del tiplón sugieren un lazo claro con numerosos instrumentos de cuerda, instrumentos como el ngoni, gumbriakhonting y banya del África Occidental. En los Estados Unidos el banjo nace de la misma tradición, como también Venezuela los cordófonos nativos cuatro y medio y cinco y medio. â€‹

Un posible lazo africano

Cuatro y medio venezolano de cuatro cuerdas sobre el diapasón y una cuerda corta atada al borde del diapasón.

Recreación moderno de un banjo de esclavos norteamericanos, con la cuerda corta atada a un tarugo en el borde del diapasón.

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